El próximo martes 21 de mayo en la misa de la tarde, a las 19h.

Todos los años, antes de la Pandemia, hacíamos una celebración comunitaria del Sacramento de la Unción de los enfermos a finales de Curso. Desde entonces no lo hemos vuelto a hacer. Es fundamental que, cuando hay una persona muy enferma, los familiares o los interesados nos pidáis a los sacerdotes darle la unción. En estas circunstancias, es el acto de amor más grande a nuestros seres queridos. No podemos “dramatizarlo” y mucho menos “tenerle miedo”, porque es un sacramento de vida y no sólo para aquellos que están a punto de morir. Por eso, queremos recuperar esta hermosa costumbre para dar la oportunidad de recibirlo a las personas que ya han cumplido los 65 años y a los que están enfermos, o van a ser operados próximamente.

Lo celebraremos en la misa de la tarde, a las 19 h. del próximo martes 21 de mayo. Recordemos: Es un sacramento que da consuelo, paz y ánimo para vencer las dificultades propias del estado de enfermedad grave o la fragilidad de la vejez. Renueva la confianza y la fe en Dios y fortalece contra las tentaciones del maligno, especialmente tentación de desaliento y angustia ante la muerte.

La fuerza del Espíritu lleva al enfermo a la curación del alma, pero también a la del cuerpo, si tal es la voluntad de Dios. Unidos a la Pasión de Cristo. Por la gracia de este sacramento, el enfermo recibe la fuerza y el don de unirse más íntimamente a la Pasión de Cristo. El sufrimiento, secuela del pecado original, recibe un sentido nuevo, viene a ser participación en la obra salvífica de Jesús. Una gracia eclesial. Los enfermos que reciben este sacramento, «uniéndose libremente a la pasión y muerte de Cristo, contribuyen al bien del Pueblo de Dios». Cuando celebra este sacramento, la Iglesia, en la comunión de los santos, intercede por el bien del enfermo. Y el enfermo, a su vez, por la gracia de este sacramento, contribuye a la santificación de la Iglesia y al bien de todos los hombres por los que la Iglesia sufre y se ofrece, por Cristo, al Padre.

ÁNIMO PARA RECIBIRLO el día 21, a partir de los 65 años.