Para preparar la Solemnidad de Pentecostés con el decenario del EspírituSanto.

* DÍA SEGUNDO.

¡Ven, oh Santo Espíritu!:

ilumina mi entendimiento, para conocer tus mandatos:

fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo:

inflama mi voluntad.

He oído tu voz, y no quiero endurecerme y resistir, diciendo:

después…, mañana. Nunc cœpi! ¡Ahora!, 

no vaya a ser que el mañana me falte.

¡Oh, Espíritu de verdad y sabiduría,

Espíritu de entendimiento y de consejo,

Espíritu de gozo y paz!:

quiero lo que quieras,

quiero porque quieres,

quiero como quieras,

quiero cuando quieras…” 

Oración de San Josemaría Escrivá en abril de 1934

Recuerda. Los dones del Espíritu Santo son esos regalos que Él nos brinda para ayudarnos a sentir y vivir como Jesús. ¡Qué maravilla abrirnos a Ti, Dios Espíritu Santo! ¡Danos docilidad para escuchar, luz para comprender, y fuego ardiente para amar! Los dones del Espíritu Santo son siete: cuatro tienen que ver con nuestra inteligencia, con la cabeza: Sabiduría, Entendimiento, Ciencia, Consejo, y los otros tres tienen que ver con la voluntad, con el corazón: Fortaleza, Piedad y Temor de Dios. El segundo de estos dones, que ilumina nuestra mente es…

El Don del Entendimiento. 

También podría llamarse don de Inteligencia: Es una gracia del Espíritu Santo para la escucha y comprensión de la Palabra de Dios, que nos lleva a profundizar en las verdades reveladas. Abre nuestra mente para captar más a fondo lo que el Espíritu Santo ha querido transmitir a través de la Escritura Santa y paladear lo que Dios nos ha dicho tanto de sí mismo como de nosotros mismos. Con este don los misterios de Dios parecen desvelarse ante nosotros. Lo necesitamos para iluminar nuestras mentes con la luz de la divina verdad. Como muchas veces la Palabra de Dios puede aparecer ante nosotros como velada, el Espíritu Santo sale en nuestra ayuda y nos hace comprender, lo que Él ha querido manifestar, y revelar al hombre. Así, con esa claridad que el Señor nos da, descubrimos las riquezas de la fe.