Para preparar la Solemnidad de Pentecostés con el decenario del EspírituSanto.
* DÍA PRIMERO
“ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO de San Agustín
Espíritu Santo, inspíranos, para que pensemos santamente.
Espíritu Santo, incítanos, para que obremos santamente.
Espíritu Santo, atráenos, para que amemos las cosas santas.
Espíritu Santo, fortalécenos, para que defendamos las cosas santas.
Espíritu Santo, ayúdanos, para que no perdamos nunca las cosas santas.”
Vamos a ir viendo, explicados, los Dones del Espíritu Santo.
Los Dones del Espíritu Santo son regalos que Dios nos otorga para que esa santidad a la que todos estamos llamados, vaya asentándose en nuestra alma. / A veces nos pueden costar mucho las cosas buenas, cada uno de los dones nos capacitan para que vivir como hijos De Dios nos sea más sencillo: nos permite obedecer rápido, fácil y voluntariamente a Dios. De esta forma vivimos en Dios, y acogemos su voluntad como una senda de amor hacia esa felicidad que quiere para nosotros.
Nos ayudan a vivir en gracia de Dios. Gracias al Espíritu Santo vemos crecer en nosotros esa fuerza necesaria para luchar contra el pecado y todo aquello que nos dificulta la entrega a Dios
Hay siete dones. El primero de ellos es el Don de Sabiduría.
No es la sabiduría de los libros, es otra cosa, es captar lo que nos hace ahondar en la esencia de todo. Está traspasado por ese gusto para lo espiritual. Nos hace comprender las maravillas de Dios y “leer en clave de Dios” todo lo que sucede. Nos impulsa a buscarle en medio de nuestro trabajo, de nuestras obligaciones. Esa lectura de los acontecimientos a partir del Señor nos hace ir descubriéndolo todo según su lenguaje. Nos ayuda a captar las cosas no solo con la inteligencia sino también con el corazón. Es esa capacidad, que da Dios a los pequeños y oculta a los engreídos, de ver las cosas como Dios las ve. Lleva a poder explicarlo todo para entenderlo en profundidad. Nos hace percibir a Dios actuando a través de las distintas situaciones, con esa manera suya de pensarlas, decirlas y hacerlas.