Como sabéis es costumbre muy arraigada en la iglesia recordar especialmente a Nuestra Madre la Virgen, con el rezo del Santo Rosario. Esta oración ha sido siempre recomendada por los Papas porque es un arma poderosa ante las adversidades de la vida. Es una flecha dirigida al Corazón Inmaculado de María que se convierte en un pararrayos que nos dará el aliento que necesitamos para la lucha cotidiana.

Podríamos pensar que es una oración monótona, repetitiva, pero Nuestra Madre del cielo, en sus apariciones Lourdes, Fátima… ha pedido que lo recemos. Ahora que hay tantas situaciones complicadas tanto en el mundo como en la Iglesia, es un momento adecuado para poner a los pies de María todas estas necesidades.

El miércoles 4 de octubre comienza el Sínodo donde muchos hombres y mujeres de iglesia van a ir viendo con el Santo Padre cómo pueden abordarse los retos que hoy existen en nuestra sociedad. Santa María, ruega por tus hijos necesitados de tu ayuda.