confirmación

Dirección Espiritual

Nuestra vida de fe no puede vivirse en particular, con el propio impulso personal y ya está. Necesitamos que nos ofrezcan puntos de referencia para poder ir “colocando las cosas en su sitio”, y caminar con un guía que nos pueda orientar en las distintas situaciones de nuestro existir. Es muy difícil funcionar como “maestros de nosotros mismos”, porque no somos objetivos y podemos ir dando vueltas, quizá demasiado pendientes de nuestros deseos y maneras de ver las cosas. Es fundamental objetivar las situaciones y ver modos de abordarlas donde no sea nuestro yo, sino el Tú de Dios, el que vaya marcando ritmo y camino.

Normalmente necesitaremos de una persona de confianza, que tenga una vida de fe y de oración consistente y probada, que nos pueda orientar para facilitarnos esa amistad de intimidad con Dios. Habitualmente es un sacerdote el que puede ayudar en este sentido.

Para ponerlo en marcha, se puede acudir a alguno de los sacerdotes de los que uno dispone y que le puede entender y orientar, para no estancarse en la vida espiritual, e ir a más en el trato con Dios. Una vez que se encuentra ese “guía espiritual”, “director espiritual” o “quien haga ese acompañamiento espiritual” hay que establecer con él una periodicidad en el tiempo para que se den esos encuentros en que se abre el alma, contando cómo va todo por dentro y, de esa manera, dejarse asesorar para que crezca la amistad con Dios.

Utilizamos cookies propias para fines técnicos. Puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar” o configurarlas o rechazar su uso clicando el botón “Configurar”. Para más información hacer click AQUÍ.   View more
Aceptar
Rechazar